
Bueno, era una excusa más para desearos feliz navidad, año, fiestas de guardar, de salir, de entrar, de comer, de beber y de pasarlo muy bien. Un beso a todos. Ya os echo de menos.
Un rincón para coger aire
A la pregunta de qué ha aprendido en sus viajes, un conocido arquitecto español responde: “Si no te gusta un sitio, te vas a otro; si alguien no te cae bien, te levantas. Lo aprendes viajando, pero hay que hacerlo siempre.”
Pues eso, creo que hace demasiado tiempo que no viajo con tiempo, por placer. Los últimos aviones siempre los cogía con prisas, con ilusión por los reencuentros pero dejando atrás las caricias que me hacían dormir tan bien. Estoy pensando en la posibilidad de abandonar la isla por unos días. Quitarle el plástico al velero, salir a navegar y recuperar tantas emociones que ahora son sólo recuerdos, souvenires de un corazón acelerado.
¿Alguien se ofrece a regarme las plantas? Los cocoteros son muy delicados… O mejor dicho, tengo salvavidas para todos. ¿Alguien se apunta?
Yo abandoné hace tiempo esos propósitos para el nuevo año. Bueno, realmente nunca dejé de hacerme nuevos propósitos. De ilusiones vive el hombre. Simplemente dejé de hacérmelos en la fecha del 31 de diciembre. Para mí existe una fecha mucho más relevante, una fecha más acorde con el sistema sensorial del ser humano...
Para aquellos que vivimos en el Trópico de Cancer, desde el 21 de junio el eje de la tierra ha ido rotando poco a poco haciendo que los rayos incidan más oblicuamente sobre dicho trópico provocando que los días se vayan acortando progresivamente o lo que es peor, que las noches se hayan ido alargando interminablemente.
Sin embargo, el solsticio de invierno es el fin de este largo viaje a hacia la oscuridad que en mis épocas de estudiante iba observando con cierta impotencia desde mi ventana: después de estudiar ya no me apetecía salir a la calle a tomar una cerveza. El 21 de diciembre, es decir el solsticio de invierno, es el día con menos horas de luz y consecuentemente con la noche más larga. El 21 de diciembre es el día en el que se toca fondo.
Ahora bien, al mismo tiempo el 21 de diciembre es el día en el que la curva que relaciona el ángulo del eje de la tierra con la fecha tiene un punto de inflexión. Tras ese día, el eje de la tierra estará a nuestro favor y comenzará a girar tímidamente en sentido contrario a como lo hacía antes, alargando las tardes, despertando los ánimos y calentando los ojos.
Cuando se toca fondo ya sabéis, sólo se puede subir, sólo queda mejorar, sólo queda levantar cabeza. Y las metas, como mejor se alcanzan, es estando uno muy iluminado, cuando el ambiente rebosa claridad, cuando los días son AMARILLOS.
Así que os invito a que hagáis rápido la lista de nuevos propósitos y la noche del 21 os sentéis delante del reloj a mirar cómo pasan uno a uno los segundos de esa eterna oscuridad. Y cuando salga el primer rayo de luz digáis: "Se acabó, ahora sólo toca subir"
Tengo entendido que una vez que pasa el solsticio de invierno, cada día se ganan unos 3 minutos de luz solar al día. Hasta que esas horas de luz adicionales sean apreciables por nuestro sistema sensorial, yo me pararé a mirar el tiempo pasar con una rica copa de pacharán:
Que se cumplan todos vuestros deseos. Y que cada uno de ellos estén acompañados de mucho SOL