Último suspiro el que di cuando a la entrada del estadio olímpico vi que aún me quedaba darle una vuelta entera al mismo por la pista de atletismo. Ay dios mío qué presión, qué momento, unas gradas repletas vieron mi llegada a la meta con una marca (increible) de 1h25minutos, tras recorrer 12 interminables kilómetros. Pero lo conseguí.
Sí, no he estado soñando que corría una carrera, ayer participé activamente en la carrera nocturna del guadalquivir. Una pasada de kilómetros, una pasada de gente, una pasada de buen ambiente.
Ha sido una experiencia superdivertida, y a pesar de mi baja(bajísima) forma conseguí terminar la carrera gracias al ánimo y los gritos de ¡venga, que tú puedes!¡vamos, que ya estamos llegando! del resto de corredores y de público.
Fui con unos compañeros de trabajo (los de la foto) que están mucho más en forma que yo y llegaron antes a la meta (1h10minutos) pero también se sorprendieron de que yo terminara victoriosamente la carrera.
En fin, que tengo aquí colgada mi medalla y mi camiseta. Les animo a participar en la próxima edición. Yo, si ando por estos lares, estaré allí.
